En esta entrada segunda sobre la novela de Arthur C. Clark 2001, una odisea en el espacio, os ofrezco el fragmento de la desconexión de Hal para la sección de Textos para el taller, y que lleva el título: Desconexión de Hal
DESCONEXIÓN DE HAL
Comenzó
a sacar, una por una, las pequeñas unidades del panel etiquetado REFORZAMIENTO
DEL EGO. Cada bloque salía flotando en cuanto lo soltaba de la mano, hasta
chocar y rebotar en la pared. No tardaron en hallarse flotando lentamente de
una a otra parte varias unidades.
—Óigame,
Dave —dijo Hal—. Tengo años de experiencia de servicio encajados en mí. Una
cantidad irremplazable de esfuerzo se ha empleado en hacer lo que soy.
Habían
sido sacadas ya una docena de unidades, aunque gracias a la redundancia de su
diseño —otro rasgo, lo sabía Bowman, que había sido copiado del cerebro
humano— el computador seguía manteniéndose.
Comenzó
con el panel de AUTOINTELECCIÓN.
—Dave
—dijo Hal—. No comprendo por qué me está haciendo esto... Tengo un gran
estusiasmo por la misión... Está usted destruyendo mi mente... ¿No lo
comprende...? Me voy a hacer infantil... pueril... me voy a convertir en
nada...
Esto
es más duro de lo que creía, pensó Bowman. Estoy destruyendo la única criatura
consciente de mi universo. Pero es cosa que ha de hacerse, y quiero recuperar
el control de la nave.
—Soy un computador HAL Nueve Mil, Producción número 3. Me puse en funcionamiento en la planta Hal de Urbana, Illinois, el 12 de enero de 1997. El rápido zorro pardo brinca sobre el perezoso perro. La lluvia en España cae principalmente en el llano. Dave... ¿se encuentra usted aún ahí? ¿Sabía usted que
la raíz cuadrada de 10 es 3 coma
162277660168379...;
Log 10 a la base e es cero coma
434294481903252...
o corrección, o sea log e a la base 10... La reciprocidad de 3 es cero coma
333333…. dos por dos es... dos por dos es... aproximadamente 4 coma
1010101010101010... Me parece estar teniendo cierta dificultad... Mi primer instructor
fue el doctor Chandra... él me enseñó a cantar una canción... que dice así... «Daisy, Daisy, dame tu respuesta, di. Estoy
medio loco de amor por ti...».
La
voz se detuvo tan súbitamente que Bowman se quedó helado por un momento, con su
mano asiendo aún uno de los bloques de memoria que estaban todavía en circuito.
Luego, inesperadamente, Hal volvió a hablar.
—Buenos...
días... Doctor... Chandra... Aquí... Hal... Estoy... listo... para... mi...
primera... lección... de... hoy...
Bowman
no pudo soportarlo más. Arrancó de un tirón la última unidad y Hal quedó
silencioso para siempre.
Arthur C. Clark